Seguimos en Malasya para ir al segundo destino y favorito de este país. Una pequeña isla con playas increíbles, muy poca gente y mucho relax!
Cuando imaginas una isla desierta en tu mente, podría ser perfectamente la de Pulau Kapas, aguas cristalinas, arena blanca, nada de ruido, sin gente….
Además, los alojamientos son relativamente baratos comparado con Malasya. Todos están a pie de mar y con unas vistas increíbles.
No hay carreteras, por lo que todos los desplazamientos son andando, por la arena y algún puente de piedra necesario para cruzar entre playas.
En el agua puedes hacer snorkel y disfrutar de la fauna marina, si no tienes tus gafas, no pasa nada, también puedes ver a peces rodeándote y dejarlos que te muerdan un poquito, puede ser muy relajante.
Nadar con pececillos y sentir que estás en un acuario gigante.
Las vistas desde distintos puntos son de postal, puedes divisar otras islas entre el follaje de los caminos, es como disfrutar un documental de naturaleza salvaje.
Sin duda, mi sitio favorito de Malasya, encontrarlo me ha hecho sentir como un héroe, un descubridor de islas.
Lo mejor
Las playas.
La tranquilidad.
Barato.
Lo peor
Nada.
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